VACACIONAR, UN PELIGRO PARA MÉXICO
VACACIONAR, UN PELIGRO PARA MÉXICO
** Si hay una tercera ola de contagios los críticos de la estrategia de salud deberán cambiar de culpables ante el masivo viaje a los polos turísticos
Por Ángel Álvaro Peña
Durante Semana Santa la mayoría de los habitantes de la Ciudad de México de más de 60 años deberá vacunarse; sin embargo, prefieren salir de vacaciones a tomar la medida preventiva. En esos días cinco de las 16 alcaldías vacunarán a sus adultos mayores, dos de esas tienen la mayor densidad de población como lo es Cuauhtémoc e Iztapalapa.
Se trata de la vacuna más cuestionada en la historia del país. Imaginemos que ese mismo ruido que se hizo contra dicho medicamento hubiera sucedido contra la vacuna de la poliomielitis, sarampión, la tuberculosis, etc. Habría la mitad de los habitantes en México.
En los lugares de peaje para salir de la CDMX tuvieron que habilitar las casetas de regreso a la capital para dar espacio a los que salían. Cuando se le preguntaba a la gente que debía vacunarse sobre la fecha de su inmunización decía que ya después de vacaciones verán cómo le hacen para vacunarse.
El aeropuerto de la capital del país pareciera ser un viaje al contagio y no de vacaciones. Ahora las líneas aéreas recuperarán lo que dicen que perdieron por la pandemia, periodo en el que nunca dejaron de trabajar y ni siquiera distanciaban a los pasajeros en el interior de los aviones. Todos los vuelos iban llenos y la gente viajaba hombro con hombro, como siempre.
Pero el país está así. La pandemia pareciera ser sólo un mito para quienes tienen como prioridad el hacinamiento que implica vacacionar en estos días. Las playas están abarrotadas, a grado tal que la Canaco, que reclamaba mayor apertura de los espacios turísticos, incluyendo restaurantes y hoteles, ahora dice que hay un total relajamiento de las medidas preventivas, según palabras del líder nacional, Raúl Iracheta Montoya.
El sector privado espera 7 millones de paseantes en los distintos destinos turísticos de México con una derrama de casi 26 mil 500 millones de pesos, estima la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo. Se espera una inyección de recursos que esperemos no implique más inyecciones de vacunas contra el Covid-19.
La pandemia y sus consecuencias fueron el principal insumo de los críticos a la estrategia de salud, pero hasta los críticos más irracionales como el elemental Carlos Alazraki, se vio muy disciplinado la mañana del viernes 26 de marzo en el Centro de Exposiciones y Congresos de la UNAM para recibir la vacuna de incógnito, con lentes oscuros, gorra y cubrebocas.
Su gran amigo y protector Vicente Fox, hasta organizó en su rancho de San Cristóbal una fiesta de motocicletas y bikinis. Pareciera que la Semana Santa se hiciera para contagiarse y con ello acarrear no sólo más críticas contra el gobierno, sino más presupuesto de la administración pública.
La salud ha sido olvidada por los turistas, que ven estas vacaciones como si fueran las últimas de su vida. Puede ser que el encierro haya provocado este desbordamiento de salidas, pero esto solo significa que la adaptación a la nueva normalidad será más compleja de lo que se pensaba, porque en esa salida de los viajeros va de por medio la salud de todos.
Se había convertido en costumbre responsabilizar a la estrategia del gobierno por el alto índice de contagios. Incluso algunos grupos opositores dijeron que se ocultaban más de 200 mil muertes, nunca lo comprobaron.
La falta de conciencia de la población se ha mostrado de manera por demás peligrosa para todo el país.
Entre pandemias, vacunas, elecciones, candidatos y partidos, la Semana Santa ha dejado de ser lo que debe ser. Ahora es simplemente un periodo vacacional que, sin importar mayores consecuencias, se toman como días de premio, como una recompensa al aislamiento y como una manera de olvidar el pasado; sin embargo, hay para quienes el pasado quieren hacerlo presente y el presente que es tan rudo, evadirlo con unas buenas vacaciones.
La responsabilidad de la salud es de todos los mexicanos sin excepción. La responsabilidad de olas de contagio será también culpa de todos o de casi todos.
Foto: Cuartoscuro
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