TURISMO

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TURISMO

Del Cronista…

Salvador Herrera García

Casi es lugar común hablar de emporio turístico de Los Tuxtlas y en particular de Catemaco y su lago. Se descubre, como si fuera nuevo, que esta es una región privilegiada y mucho se repite que debe ser impulsada.

Cierto. Vivimos en una privilegiada región turística por naturaleza, que desde hace años ha sido visitada por presidentes, gobernadores, artistas, escritores, empresarios; hace unas décadas por aquí se dio una vuelta el magnate y editor norteamericano Forbes.

Seguramente nuestros paisajes y nuestra gastronomía los habrán encantado. Pero también habrán constatado lo que a la vista está: la tolerada y galopante destrucción y depredación de las bellezas naturales, que son la OFERTA para brindar al potencial turista.

Pareciera que las bellezas de la región no están incluidas en el catálogo de las secretarias federal y estatal de turismo. Nuestros paisajes sólo han sido aprovechados como locaciones de producciones cinematográficas, las más intrascendentes; acaso para documentales con escasa difusión, o como bellas ilustraciones en revistas, folletos y posters.

Cuando hacemos referencia al turismo pensamos en el gran número de visitantes y la consiguiente derrama económica. Bien. Pero olvidamos nuestra OFERTA: las bellezas, naturales, los paisajes, lagos, cascadas, las que debemos cuidar porque constituyen el atractivo, la oferta al turismo…

Así, ante nuestra indiferencia esa riqueza, esa oferta, día a día se deteriora. Y no es un descubrimiento, está a la vista. Incontrolable deforestación y extinción de especies de flora y fauna endémicas, contaminación alarmante del lago, sistemas de drenajes inoperantes, anarquía en el desarrollo urbano…

A ello se agrega la deficiente infraestructura, que dificulta el flujo de visitantes: carreteras en mal estado, caminos inaccesibles a los parajes turísticos, y una falta de conciencia de lo que representa ser poseedor de una oferta tan especial y bella que brindar o prestar al visitante. Y sin oferta la demanda es escasa o nula…

Una de las principales motivaciones que origina el flujo de visitantes –los verdaderos turistas- es el encuentro con la naturaleza; el goce de las bellezas naturales que un pueblo cuida y conserva para compartirlo.

Es el afán de descubrir y conocer tradiciones, cultura e idiosincrasia de otros grupos humanos, de otros pueblos.

El turismo, además de actividad económica, cumple una función social importante. Es comunión espiritual e intercambio de experiencias, por lo tanto -según la Unesco- es “una de las más altas manifestaciones culturales”.

Afortunadamente en la zona montañosa diversos grupos ciudadanos y empresarios con visión y pasión por el Turismo, mantienen campamentos, parques o reservas ecológicas con oferta turística sustentable y de calidad. Aquí cabe recordar al amigo Carlos, Caco, Rodríguez Elías (QEPD) pionero de estos proyectos en la región…Nanciyaga cumple lo planteado en su lema:”Donde la selva está de regreso”.

Y sí, hace falta una campaña publicitaria bien planeada que resalte, ofrezca y venda la belleza de estas tierras ya conocidas nacional e internacionalmente. Que borre esa falsa etiqueta de “tierra de brujos” con la que desconocido genio nos marcó, sin ser elemento identitario…

Catemaco y la región es tierra de bellezas naturales y de valores, tradiciones, costumbres y cultura… Pero es patente que estamos dejando perder la valiosa oferta turística, nuestras bellezas naturales y lo pintoresco de nuestro pueblo.

Aún es tiempo. Salvemos lo salvable, protejamos nuestro lago y su entorno, rescatemos los últimos reductos de playa de tanto invasor y depredador, arbolemos la ciudad y pongamos orden a la anarquía urbana… Progreso no significa destrucción…

©shg)