PUCHUAPAN
- rojasaldana
- 1 jul 2021
- 2 Min. de lectura

PUCHUAPAN
Por Manuel E. Carrión V.
¿Quién no ha visto ese lugar que desde antaño le llamamos Puchuapan?
¿Cuántos y cuántos encantamientos no se han dicho de ese lugar?
Que salían los chaneques, que asustaban a la gente, que habían aparecidos y cuantas más cosas. Lo cierto es que dicho lugar, por mucho tiempo ha sido sitio de las mujeres que bajan a lavar la ropa, ya sea en los lavaderos, o en pleno río, apoyándose en esas piedras planas que para tal efecto hay aún. El tiempo lo ha cambiado todo. Ese sitio se ha quedado solo, y la gente de actualidad, pasa por ese lugar, y le "echa una mirada", se ha desaparecido, o de algún recuerdo hermoso que le traiga a la mente, al pasar por ahí.
En aquellos tiempos, ese lugar siempre estaba concurrido; desde muy temprano, las que se dedicaban a lavar ropa, se daban cita en dicho lugar, para cumplir con su faena. Los niños de las escuelas los que vivían por esos rumbos, bajaban, con la finalidad de pescar “topotitos", según ellos. No dejó de celebrarse una que otra vez, algún velorio que era organizado por ciertas hermandades de determinado santo.
Cuando el servicio de agua potable era interrumpido, la gente se daba cita en dicho lugar, llevando sus cubetas para proveerse del vital líquido.
Al andar el tiempo, trataron de embellecer el lugar, limpiándolo de basura y encalando los árboles que en dicho terreno se encontraban. Para los chicos, era un placer cortar de la manera que más se les facilitara, los chilochochis, que parecían plátanos, que al rasgarles la cáscara, se les descubría un hermoso penacho que tanto les agradaba a la chiquillería.
Igualmente, como en los otros sitios, ha entrado la civilización o se ha dejado en el olvido. La verdad es que, se hacen intentos por rescatar esos sitios paradisíacos; pero solamente son por una vez, y vuelven A DORMIR EL SUEÑO ETERNO!
Son muchas las cosas por hacer, solamente faltan las ganas y el cariño verdadero de que no se olvide que todo es en beneficio de esa tierra que nos vio nacer.
Revisando el archivo de la Revista Renovación, me he encontrado con este artículo sumamente interesante del PROFESOR MANUEL CARRIÓN (+), sobre un sitio emblemático de la ciudad de San Andrés Tuxtla.




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