PISANDO CALLOS

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* Octavio Pérez la inspiración de Octavio Pérez

* Tuvo bien puesta la camiseta del pueblo

* El padre para el hijo es el espejo donde se ve reflejado

PISANDO CALLOS

Por ISIDROJI

Hace 17 años, el 13 de Octubre del 2003, en cumplimiento de su deber, en el despacho de la Presidencia Municipal, el entonces Alcalde Octavio Pérez González sufre un percance que en su traslado a un sanatorio fallece, él fue un apasionado de la política, eran los buenos tiempos del PRI, fue presidente de su partido a nivel municipal y de ahí impulsó y construyó su candidatura para después ser Presidente municipal, hombre sencillo, eso sí de palabra, lo que ofrecía siempre lo cumplía, se recuerda su administración y su obra pública, muy querido en las comunidades, comía con los campesinos lo que le ofrecían, frijoles, tortillas con manteca y el famoso tomachile, nadie le negaba nada, siempre fiel a sus convicciones, la mejor frase que acuñó durante su mandato fue aquella que dijo en un recordado discurso cuando señaló; " Encima traigo la camiseta del PRI, pero debajo traigo bien puesta la del pueblo". El tiempo ha pasado y su legado sigue vivo, un día, el y su su hijo Octavio Pérez Garay, siendo muy joven, se sentaron en las escalinatas que conducen a las oficinas de la Presidencia, ahí meditaron un momento, y aquel joven le decía a su padre, " Algún día seré Presidente y voy a ser como tú", y el vaticinio se cumplió, hoy Tavo Pérez Garay es Alcalde y como lo ha dicho no lo ha podido superar en la inmensa obra que realizó, dos historias que se unen en el tiempo, de padre a hijo.

Esto sin duda es encontrar coherencia entre lo que se dice y se hace, eso es hacer propias y tomar con validez las enseñanzas de un padre, eso quedaría reducido a nada si no van acompañadas de las vivencias y el ejemplo del que fue su padre Octavio Pérez González y es que el padre para el hijo es el espejo en que se ve reflejado, es la inspiración para que cada día que pasa en el gobierno de Octavio Pérez Garay las cosas se hagan mejores, porque la alegría de aquel Tavo Pérez González debe ser la alegría de éste Tavo Pérez Garay, sus emociones y comportamiento también lo deben ser.