LOS MEDIOS SIGUEN EN EL PASADO

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LOS MEDIOS SIGUEN EN EL PASADO

Bisagra

Por José Páramo Castro

La tarea de los llamados youtuberos fue esencial en la marcha del millón en apoyo al Presidente de la república, con el grito de chayoteros no, youtuberos sí, miles de personas marcharon del Ángel de la Independencia al Zócalo.

Desde hace un par de años decrece la credibilidad en los medios tradicionales, tanto que algunos de ellos arremeten contra la información a través de YouTube, cuando son el futuro de la información, y su audiencia crece cada día más, a causa de la tergiversación de los medios impresos y convencionales que defienden causas que ya no son de este tiempo.

Desde hace tiempo que los mexicanos no podemos informarnos en los medios tradicionales y prueba de ello es la reseña de una marcha que no era sorpresiva ni novedosa, se trataba simplemente de reflejar la verdad y ante la mirada atónita de los presentes en la marcha, empezaron su crónica reduciendo el número de manifestantes al mínimo.

La tergiversación de la verdad no puede llamarse libertad de expresión, una serie de fantasías no informa, al contrario, confunde. La vejez de un medio de información no la define la maquinaria que utiliza, sino el contenido de esos medios que se han convertido en una suerte de revista de espectáculos y deportes, distractores tradicionales de la realidad y cuando tocan la vida pública del país lo hacen para colocar datos que así convengan a los protagonistas del pasado, pero sobre todo para desgastar el gobierno federal actual que transforma y ellos quieren que nada cambie.

La tarea de los medios tradicionales es activista y en algunos casos golpista, porque detrás de esas tergiversaciones hay intereses muy poderosos que le apuestan al desgaste paulatino pero sistemático del gobierno actual.

Surgen, afortunadamente, las redes sociales, donde el ciudadano puede escoger entre los muchos informadores, los que puedan tener más credibilidad, lo más profesionales, los más honestos. Porque no hay que olvidar que los medios convencionales también le entraron a la competencia a través de las redes, de ahí que haya que seleccionar los medios a través de los cuales se informa.

A nadie le gusta ser engañado, y los gobiernos anteriores eran no sólo cómplices sino socios de los medios convencionales, de tal suerte que no podemos esperar nada bueno de ellos en materia de información, pueden ser veraces en los deportes y en los espectáculos, que es a lo que siempre debieron dedicarse.

Por muchos años la información era una mercancía y dejó de ser un derecho sin que la población pudiera advertirlo, hasta el momento en que surgieron las redes sociales, que emergieron del silencio y la oscuridad para dar luz sobre la realidad de nuestro propio país.

No se trata de exagerar la tradicional forma de informar o intentar hacerlo ni de exaltar la llegada de los youtubers, sino de impulsar la selección meditada y cuidadosa de cómo y a través de quién se informan.

Cuando el periodismo se vuelve consigna la verdad se ahuyenta, nadie quiere informarse a través de una bandera ideológica o partidista, tomando en cuenta que esa realidad debe conocerse para transformarse y condicionan el futuro de todos y cada uno de los mexicanos.

Vivimos muchos años de mentiras, a través de personas que tienen nombres y apellidos y sabemos todos quiénes son.