EMPRESARIO DEL SIGLO XIX
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EMPRESARIO DEL SIGLO XIX
Del Cronista
Salvador Herrera Garcia
Alguna gente mayor recordará a don Juan Simón Rodríguez, hombre emprendedor, importante empresario y fundador de pequeñas industrias productivas, en la Villa de Catemaco, a finales del siglo XIX y principios del XX.
No está del todo claro el lugar de origen de don Juan Simón. Algunos aseguraban que era nativo de la ciudad de México, otros que de Xalapa. Pero aquí en estas tierras catemaqueñas desposó a doña Margarita Marcial, con quien procreó tres hijos. Y aquí el señor Rodríguez incrementó sus negocios y su capital.
Era propietario de un extenso terreno sobre la calle “del Carmen” , actualmente Madero. Ahí funcionaba una tronadora de caña, un trapiche, una fábrica de panela y de alcohol y una fábrica de jabón. Posteriormente se agregó una manufacturera de cigarrillos.
En estas factorías, como en sus varias haciendas, el empresario daba empleo a mucha mano de obra de la localidad. También poseía una nutrida flotilla de botes y de carretas.Entre las haciendas fundadas por don Juan Simón destacaba “La Margarita”, nombrada así en honor a su esposa. Se localizaba en la ribera opuesta del lago -aún existe convertida en una próspera congregación.
Grandes sembradíos de caña de azúcar, tabaco, maíz, frijol y árboles frutales; así como nutridos hatos de ganado y establos, hicieron de ese establecimiento agrícola uno de los más florecientes e importantes de todo el cantón de los Tuxtlas.
La familia Rodríguez Marcial era muy apreciada y relacionada en el ámbito tuxtleco y en otras ciudades del estado. Los múltiples negocios y los compromisos sociales los hacían viajar frecuentemente a Veracruz, Tlacotalpan, Xalapa o Córdoba. Precisamente, durante una larga estancia en la capital del estado murió su hijo José Manuel, en situación dramática nunca aclarada. Y allá fue sepultado.
Esa tragedia ensombreció y trastocó la vida familiar. Fue como si un manto de gris tristeza hubiera caído sobre el matrimonio y sus hijas , quienes no superaron la pérdida del hijo y hermano.
El ánimo del emprendedor hombre decayó. También sus negocios, uno a uno vinieron a menos hasta la bancarrota. Sus empresas fueron cerradas o pasaron a otras manos. La gran depresión moral y económica provocó que la familia dejara la villa de Catemaco para no volver jamás.
Algunos amigos aseguraban que la familia había ido a radicar a Xalapa, donde reposaban los restos de su hijo varón. Pero no se supo con certeza dónde finalizó sus días quien fuera un próspero hombre de empresas. Tampoco de su esposa e hijas se volvió a tener noticias. El olvido las borró.
Sin embargo, alguna gente mayor recordará, quizás el nombre, de don Juan Simón, por su bonhomía, su tenacidad y su espíritu emprendedor; así como por su desinteresada disposición a enaltecer a la comunidad catemaqueña de su tiempo.
©shg.
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