EL VACIO…

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EL VACIO…

Mínimas Historias

Salvador Herrera García

Esa mañana despertó con un imperioso deseo de escribir.

Ya frente a la maquina se dio cuenta de que las palabras se le negaban y un vacío empezó a apoderarse de su mente.

La angustia lo embargó.

El, creador de frases perfectas y de bellas páginas de antología, no podía expresar lo que sentía…

Alarmado recurrió a sus libros, al diccionario…Entonces comprendió que las palabras, antes familiares, aparecían ahora sin sentido, desgastadas por el uso… y ya no tenía nada que decir. Hasta el humano acto de pensar se le hacía raro y difícil…

Vio su pluma fuente, la colección de sus escritos y los libros de su biblioteca como objetos que, poco a poco, se fueron haciendo borrosos e imprecisos, y se esfumaron de su vista y de su memoria como cosas remotas…

Y él comenzó a empequeñecer, hasta confundirse y desaparecer en el vacío de la hoja en blanco, aprisionada en el rodillo de la máquina de escribir.

©shg.