EL DESTAPADOR Y SUS CORCHOLATAS
COLUMNA ENRIQUE DIEZ PIÑEYRO VARGAS #Columnas
EL DESTAPADOR Y SUS CORCHOLATAS
Por Enrique Diez Piñeyro Vargas
Fue apenas la semana pasada cuando el presidente de la república, haciendo buen uso de su indiscutible dominio en la comunicación política como instrumento de manipulación de masas, experto en crear cortinas de humo y ser el dueño absoluto de la agenda política en este país, aprovechó su conferencia mañanera para dar el arranque a la sucesión presidencial, considerando que su administración estará por cumplir el próximo uno de agosto sus primeros dos años y ocho meses de gestión.
Ante este prematuro arranque por la sucesión presidencial, fueron varias las reacciones a favor o en contra de las personalidades que tuvieron la suerte de ser nombrados por el titular del Poder Ejecutivo Federal, o bien, fueron seleccionados para el juego que el Presidente quiere implementar, al tenerlos desde ahorita como para rayos y dirigir todos los reflectores hacia las y los mencionados.
Escuchamos al Presidente mencionar los nombres de la Jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum Pardo, el Canciller Marcelo Ebrard Casaubón, Juan Ramón de la Fuente Ramírez, Embajador de México ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), así como a Esteban Moctezuma Barragán, Embajador de México en Estados Unidos. De igual forma, nombró a Tatiana Clouthier Carrillo, secretaria de Economía; y a Rocío Nahle García, secretaria de Energía.
Hubo algunos personajes de la vida política que al no ser incluidos en esta selecta lista se manifestaron y entraron a la dinámica del presidente López Obrador. Acto seguido, tanto la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum y el Canciller Marcelo Ebrard empezaron a demostrar músculo político dejándose querer en concentraciones de carácter oficial, así como eventos privados donde se han expresado muestras de apoyo hacia el proyecto político que cada uno pretende representar y desde ahorita empiezan a aceitar.
El juego por la sucesión presidencial será un tema que sin duda dará mucho material de que hablar y servirá de instrumento a López Obrador cada vez que ocupe desviar la atención de sus críticos. Pondrá a prueba a los grupos políticos y económicos en las distintas regiones del país, y accederá a medir de cara al año 2024 a sus suspirantes. Analizará cuidadosamente sus fortalezas, oportunidades, debilidades y las amenazas. Lo anterior, con el entendido que el Presidente López Obrador conoce a la perfección de que pie cojean cada uno de los antes mencionados.
Hasta este momento y conscientes que los escenarios en política cambian de un día para otro, López Obrador sabe que los partidos políticos opositores no cuentan con la fortaleza para hacerle frente, ya que poco a poco les ha venido ganando terreno tanto en gubernaturas, congresos locales y alcaldías, lo que le permite tener margen de maniobra para operar políticamente y consolidar su proyecto.
Obviamente en algunos estados de la República mexicana se ha topado con resistencia a su movimiento por parte de fuerzas opositoras políticas y ciudadanas, mismas que serán punta de lanza para aglutinar y fortalecer a prospectos que deseen participar en el proceso electoral del año 2024, ya sea abanderado a un partido o encabezando una mega alianza política que cuente con el apoyo de todas las corrientes y expresiones contrarias a la 4T.
Esperemos que las personas que fueron seleccionadas por el presidente de México como posibles contendientes a la candidatura presidencial del partido Morena rumbo al 2024, demuestren sensatez y enfoquen sus energías a cumplir con sus obligaciones en las responsabilidades que hoy ostentan. México requiere de servidores públicos de tiempo completo. Si bien todo esto es una estrategia de distracción por parte de López Obrador, contamos con que estas personalidades no pierdan el rumbo y cuando los tiempos oficiales lo establezcan, se ganen la candidatura a base de resultados en sus respectivas encomiendas.
“Se puede engañar a parte del pueblo parte del tiempo, pero no se puede engañar a todo el pueblo todo el tiempo”: – Abraham Lincoln.
Comments