COVID-19 NO SE HA IDO Y SIGUE COBRANDO VIDAS
Nuestro país sigue, sin saberlo, sumergido en la peor de sus catástrofes modernas #PANDEMIA #COVID19
COVID-19 NO SE HA IDO Y SIGUE COBRANDO VIDAS
Por: Zaynne Córdoba T.
Nuestro país sigue, sin saberlo, sumergido en la peor de sus catástrofes modernas; sin embargo, existen actualmente dos tipos de epidemias: una viral y la otra cognitiva, ambas de igual proporción y con el mismo potencial mortal.
Por un lado, el SARS-COV-2 se encuentra esparcido a lo largo y ancho de nuestro territorio y ni siquiera las ciudades que cerraron sus entradas y salidas de forma temprana se han librado del contagio a estas alturas.
El virus llegó desde oriente, y llegó para quedarse, consumiendo las vidas de una población con cifras estratosféricas en diabetes, obesidad e hipertensión, llena de problemas hepáticos por el gusto ancestral por la bebida, ganándole el paso al cáncer de pulmón y adelantando el final de quienes padecen tabaquismo, pero también se lleva a los sanos, deportistas, vegetarianos, amantes del planeta; pobres, ricos, obreros y a la clase política, nadie se salva de caer en sus garras, pues si bien es cierto que muchos han ganado la batalla, también es cierto que la guerra aún no termina. Incluso ellos, quienes lograron vivir después de la enfermedad, tendrán de por vida secuelas de una u otra manera.
Por el otro lado, la necedad y la ignorancia también azotan a la nación entera. Millones de personas se reúnen, salen a pasear, cualquier excusa es buena para evitar el confinamiento, como si en la camilla de un hospital o tres metros bajo tierra no fueran a estar encerrados.
Las plazas, cafés y restaurantes, que hoy seguimos viendo llenos, se convertirán nuevamente en una saturación hospitalaria, esas fiestas con amigos próximamente podrían ser funerales donde no tengan nada más que velar, salvo una urna con cenizas de quien los acompaño a un cumpleaños el fin de semana.
El ser humano es social por naturaleza, es verdad, pero también es un ser pensante, con facultades para utilizar la lógica y el razonamiento, o cuando menos es lo que la ciencia creía hasta inicios del 2020; quizás ahora deba haber nuevos estudios sobre la capacidad mental de varios millones de la especie, pues parece que esas cualidades no obran en todos.
El pasado miércoles, la Secretaría de Relaciones Exteriores, a través de un comunicado, pidió a todas las personas, mexicanas y extranjeras, evitar viajes internacionales desde y hacia México, por motivos no esenciales, con el fin de mitigar la propagación del virus SARS-CoV-2 en los países.
Del mismo modo, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) recomendó posponer las reuniones durante la próxima temporada navideña: “Este no es el momento de organizar reuniones (…) durante una pandemia no existe la temporada navideña libre de riesgos”, dijo el subdirector de la OPS, Jarbas Barbosa.
A pesar de lo anterior, se escucha a la gente decir que “sólo harán una excepción para celebrar la Navidad”, o que se reunirán a celebrar estas fechas porque “no saben cuándo se podrán volver a ver”; siendo que lo importante no debería ser cuándo, sino que todos logren estar para el próximo año.
De acuerdo con los informes de la Secretaría de Salud, en esta semana se registraron los récords de contagios más altos en México, superando los 10 mil casos confirmados por día; situación que parece carecer de importancia para muchos.
El problema, y lo que quizá la gente no logra entender, es que no solo se afectan a sí mismos, sino que también de manera directa contribuyen en la propagación indiscriminada del virus, afectando no solo a los suyos, pues ese “pequeño convivio” esas reuniones donde “solo viene la familia”, esos viajes a las playas por los “puentes” son los que nos están llevando al carajo.
En los últimos ocho meses más de 2 mil trabajadores de la salud han perdido la vida a causa del Coronavirus, lo que significa que más dos mil familias no estarán completas esta navidad y fin de año. Ya es tiempo de mostrarle respeto a los médicos, enfermeros, camilleros que durante todo este tiempo se han partido la madre sin descanso intentando salvar la vida de los enfermos, aunque en ello se les vaya la vida propia.
Es cierto que todos estamos cansados del COVID, desafortunadamente el COVID aún no se cansa de nosotros. Dejemos el egoísmo y seamos empáticos.
Foto: Notimex
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