MORENA, EN MEDIO DEL FRAUDE

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MORENA, EN MEDIO DEL FRAUDE

Bisagra

Por José Páramo Castro

El fallo del Tribunal Federal Electoral es inapelable. La elección de la nueva presidencia de Morena se realizará por encuesta, lo cual para muchos atenta contra los intereses de Bertha Luján; sin embargo, si la ola de desequilibrios e incongruencias continúa, podría decirse que Luján y su grupo no tiene nada de qué preocuparse.

La inversión para realizar congreso, para convencer a los magistrados electorales y para seducir a los consejeros electorales seguirá haciendo hogares felices al ser precisamente el INE o el Tribunal Federal Electoral las instancias que podrían coordinar la encuesta que decidirá a la nueva presidenta de Morena.

La credibilidad y confianza ante el TRIFE y el INE, los incapacita moralmente para coordinar la encuesta de elección interna de Morena, pero hasta ahora no existe una instancia capaz de contar con la certeza que debieran tener esas dos autoridades electorales.

Luego de una serie de decisiones inexplicables, tanto el Tribunal Electoral como el INE respecto al partido en el poder se percibe una tendencia subjetiva, parcial y poco transparente actuación. Son muchos los puntos que debiendo ser claros se volvieron opacos después de una serie de fallos que ponen en riesgo la credibilidad de ambas instituciones.

La elección interna del partido en el poder no es un problema menor, sobre todo cuando el equipo de transición que ahora ocupa la cúpula de Morena, en lugar de organizar esas elecciones prefiere otorgar y prometer, tal vez negociar, candidaturas para el próximo año.

El tema de la elección interna no está en la agenda de Alfonso Ramírez Cuéllar y su gente, cuando en realidad, es la única actividad para la que fueron electos y la única tarea que deben llevar a cabo. Paralelamente a estas actividades futuristas y que por derecho le corresponderán a la dirección de Morena, que sea electa dentro de cuatro meses, realizan una especie de gira de legitimidad, encabezada por su presidente interino.

La actual cúpula de Morena, TRIFE e INE parecieran tener tras los hilos que los mueve una misma mano. Una mano que desde las alturas pareciera contradecir estatutos, ley electoral y la propia Constitución. El partido sigue, camina, se organiza por sí mismo, pero su dirección se convierte en un espacio de guerra permanente, con un alto grado de ilegitimidad impune que impide el avance de su proyecto.

La falta de legitimidad de este grupo de transición no termina en su elección, sino que continúa y crece a través de su práctica que se muestra como si tuviera el mando del partido por el resto del sexenio, cuando, en realidad, los estatutos que no respetaron ni el nuevo equipo, ni el TRIFE, ni el INE, el mandato es de tres años.

Lo que el grupo de Bertha Luján esperaba era que la elección se llevara a cabo con el padrón que ahora tiene en sus manos la cúpula, que ya fue descalificado por el INE por carecer de certeza, pero esto no sería ningún impedimento ya que el INE desecha sus propias decisiones amparado en una supuesta amnesia social.

Una vez que el TRIFE dio a conocer el fallo de que la elección interna de Morena será por encuesta, hijos, la tarea será coordinada por el INE, que carece de confianza social, y, seguramente legitimada por el TRIFE, que no tiene credibilidad. En ambos casos, su proceder los condena.