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UN DÌA COMO HOY 28 DE FEBRERO DE 1525 CUAUHTÉMOC Y TETLEPANQUETZAL, FUERON TORTURADOS Y DESPUÉS EJEC



UN DÌA COMO HOY 28 DE FEBRERO DE 1525 CUAUHTÉMOC Y TETLEPANQUETZAL, FUERON TORTURADOS Y DESPUÉS EJECUTADOS.

Tenochtitlan cayó el 13 de agosto de 1521 después de setenta y cinco días de asedio. Cuauhtémoc ya no pudo resistir más, se preparó para huir pero fue apresado. Vencido, el último emperador mexica fue llevado a la presencia de Cortés, quien le abrazó y ofreció asiento. Ahí, poniendo la mano en el puñal que el conquistador llevaba al cinto, le dijo: “Toma luego este puñal y mátame con él”. Quería ser ofrendado a los dioses, la muerte digna de un guerrero prisionero para acompañar al sol, según la religión azteca. Contrariando sus deseos, Cortés no lo dejó completar su ciclo y Cuauhtémoc simplemente continuó apresado e incluso fue tratado con consideración, pero fue obligado a bautizarse con el nombre de Hernán de Alvarado en alusión a sus padrinos Cortés y Alvarado.

Sin embargo, algunos españoles encabezados por el tesorero de la expedición Juan de Alderete, insatisfechos con el botín que les había tocado, con la aprobación de Cortés, torturaron a Cuauhtémoc y a Tetlepanquetzal, señor de Tlacopan, quemándoles pies y manos para que revelaran el lugar donde estaban sus tesoros. Al quejarse Tetlepanquetzal, Cuauhtémoc le dijo: “¿Estoy acaso en un deleite o un baño?” Después se le dio otra poética forma: “¿Estoy yo acaso en un lecho de rosas?”

El tesoro real o imaginado por los españoles nunca encontraron, no obstante haber buscado hasta en la profundidad de la laguna mediante buzos expertos. El oro para los aztecas no tenía el valor que le atribuían los europeos como para hacer grandes esfuerzos para atesorarlo. Inválido por el suplicio, Cuauhtémoc fue dejado como señor de Tlaltelolco para auxiliar a los españoles en funciones judiciales y administrativas, particularmente en la recaudación de tributos. Durante la expedición que Cortés emprendió a las Hibueras para combatir a Cristóbal de Olid, llevo consigo a Cuauhtémoc y otros señores. Al sospechar que éstos planeaban alguna conspiración, decidió darles muerte, por lo que los hizo ahorcar en un lugar llamado Izancanac el 28 de febrero de 1525. Una versión diferente se encuentra en los Papeles de Paxbolón Maldonado, según la cual fueron decapitados, colgados en una ceiba por los pies y sus cabezas clavadas en el templo maya del poblado.

Con base en testimonios como el anterior, Eduardo Matos (La muerte de Cuauhtémoc: ¿Conspiración o pretexto?) concluye que ciertamente Cortés recelaba de los dirigentes indígenas; que tampoco se puede descartar que éstos tramaran una rebelión; que quienes los acusaron eran sus enemigos desde antes de la conquista; y que la denuncia de la conjura, real o inventada, era razón suficiente para descabezar cualquier alzamiento. Pero que el testimonio de Bernal Díaz y la premura con que Cortés nombró un nuevo gobernante de Tenochtitlan afín a los españoles, también pueden hacer pensar que la conjura sólo fue un pretexto para la ejecución. "No podemos avanzar más allá".

FUENTE: Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.

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