JULIO ORTEGA, LA GRAN DECEPCIÓN PARA LOS CATEMAQUEÑOS
RENOVACIÓN·
Hartos de soportar las actitudes gorilescas, el enriquecimiento al amparo del servicio público de Jorge Alberto González Azamar y sus achichincles, así como la violencia desatada, que devino en la quema del palacio municipal, los catemaqueños le dieron la espalda al cacique, derrotando a su esposa, con la cual pretendía retener el poder, eligiendo para sustituirlo al candidato de la coalición PRD/PAN, Julio César Ortega Serrano.
Querían otra forma de gobierno, porque Catemaco merece un gobernante incorruptible, honesto, preocupado por el bien común y no sólo de un grupo, justo, mesurado, que cumpla lo que promete, experimentado, rodeado de gente valiosa y eficiente.
Oh, triste decepción, porque a menos de un año en funciones como presidente municipal, catalogan al gobierno de Julio Ortega como el peor que ha existido, porque resultó soberbio, prepotente e incompetente.
Lo prueba el asco que provoca recorrer la colonia Lindavista, por el drenaje que corre a cielo abierto, hasta desembocar en la laguna, por la terminal del ADO. Así como las molestias en la colonia centro, por el drenaje y la falta constante de agua potable.
Esa obra mal planeada que avanza a paso de tortuga, ahuyenta al turismo y está afectando a los comerciantes. Cerró el restaurante La Ceiba, negocios de los Llinas, los locales de Cundo Pereyra están vacíos, los del brujo, el salón de fiestas Las Palmas está en venta.
Para colmo de males, Julio Ortega aplica descuentos a los raquíticos salarios de los empleados municipales, creando zozobra y afectando la economía familiar y local.
En lugar de manejarse con sencillez, humildad y generosidad para conservar la estimación y el respeto de la ciudadanía que lo llevó a la alcaldía, la mayoría de los catemaqueños considera que Julio Ortega encarna lo peor de Jorge Alberto González Azamar y de Sergio Antonio Cadena Martínez.
Y aseguran que están esperando que el congreso federal apruebe la revocación de mandato, para deshacerse de él y de sus pésimos asesores.