UN TENSO CLIMA DE INSEGURIDAD EN CATEMACO
Luis Manuel Toto Polito
No le fue suficiente a Julio Ortega Serrano (J.O.S.) que en 15 días hayan ocurrido dos secuestros, y en 4 meses asaltos a tiendas como Aurrera, Soriana, Coppel, ejecutivo, robos a casa habitación y hasta asaltos a mano armada a transeúntes, todo expuesto por los mismos pobladores.
Esto ha puesto al descubierto que la primera autoridad J.O.S. no ha dado cumplimiento a lo que está obligado por ley, y de lo cual es totalmente responsable: velar por la seguridad de los catemaqueños.
Como es posible que dentro del cuerpo policiaco municipal existieran primero los rumores, luego las sospechas y ahora la presunción de que “algunos” estaban coludidos con la delincuencia y sobre todo caer otra vez en el incumpliendo de un deber legal al no revisar él o sus asesores, a los responsables de la comisión de la policía, al director y al comandante, los perfiles de todos y cada uno de los elementos policiacos para poder contratarlos.
Ya pasaron los 100 días de gobierno, desde la primera quincena de enero debió haber enviado a la academia de policía a los elementos que por lo notado no han pasado el curso y que no son aptos para desempeñar esa delicada función, incluyendo al director y al comandante que deben de tener seguramente su dictamen emitido por la SSP donde son aptos para desempeñar tal cargo, entre los que destacan exámenes de confiabilidad, psicológicos, psicométricos y toxicológicos.
Aparte, la autoridad tiene la responsabilidad directa porque es con recursos económicos del ayuntamiento de donde se les paga quincenalmente a los policías, además de que con recursos del ayuntamiento y del ramo 033 están obligados a tomar dineros para la compra de patrullas, salarios, gasolina, cursos de capacitación, equipamiento, exámenes toxicológicos, entre otros.
Aquí no se trata de poner de director, de comandante o contratar a una persona como policía por el simple hecho de pagarles favores políticos porque los catemaqueños durante casi 4 meses pareciera que duermen con el enemigo adentro.
